lunes, 17 de abril de 2017

Fin del Mundo



"Hasta el fin del mundo es hermoso."

Eso pensaba mientras miraba el cielo naranja y los hongos de humo nuclear en el horizonte. Aquí, sentado en su mecedora, no podía importarle menos estar atestiguando el fin del mundo.

No lee las noticias desde hace tiempo, realmente no sabe que detonó todo el alboroto, solo sabe que de pronto varios países empezaron a lanzarse unos a otros todo su arsenal nuclear. Si, ese mismo arsenal que juraban no tener. En las últimas horas, todas las grandes ciudades del mundo se volvieron solo un vago recuerdo.

"Y sin embargo es un hermoso fin del mundo."

El cielo está lleno de tonos naranjas con vetas caprichosas de verdes y violetas, como una toxica aurora boreal. 

La última aurora boreal.

Pero nada de esto le importa en verdad. En este momento él solo piensa en ella.

No piensa en venganza alguna, ni siquiera contra los padres que llenaron su infancia de abusos, vejaciones y sufrimientos. Tampoco piensa en la radiación que su cuerpo debe de estar recibiendo en estos momentos, y mucho menos piensa en arrepentimientos ni en absoluciones. Es perfectamente consciente de todo lo malo que hizo y está convencido que no merece ningún perdón.

Él solo piensa en ella. 

No puede evitar desear que todo hubiese sido diferente entre ellos, más convencional, pero aun así, el tiempo con ella fue la mejor época de su vida. Solo fueron unos pocos años, los últimos, sin embargo esos años hicieron valer toda su existencia.

No está orgulloso de lo que hizo, pero ha dedicado su vida a complacerla y tratar de hacerla feliz para compensarla. No hay forma de lograrlo. Incluso cuando a veces un destello de felicidad se asoma en ella, él sabe que no es del todo real. Pero no por eso ha dejado de intentarlo.

Justo hace unos minutos se despidió de ella, comió a su lado sin decirle nada de lo que sucede afuera y en cambio le contó la vieja fabula del elefante de circo, aquel que desde pequeño es atado con una cuerda a una estaca en el piso y cuando crece, la estaca lo sigue deteniendo porque ya ni siquiera hace el intento de moverla.

"Nunca seas ese elefante", le dijo. 

Luego la beso y se fue para siempre. Salió del sótano donde la ha mantenido encerrada desde que la secuestró y por primera vez en todos estos años, no cerró la puerta con llave.

Ahora, aquí sentado, viendo el fin del mundo, solo espera que el sótano la mantenga a salvo de la radiación y que ella no sea como ese elefante, que no haya dejado de intentar. Espera que eventualmente vaya a esa puerta y la abra. Reza para que ella pueda sobrevivir a esto y quizás ser de verdad feliz.

Porque él solo desea lo mejor para ella.

Porque podrá ser un monstruo, pero a su manera la ama...




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