lunes, 8 de agosto de 2016

Silencio...


Silencio.

No digas nada. Solo quédate ahí, sin hablar, tal como me quedo yo, sabiendo que ya lo dijimos todo.

Por ahora solo quiero mirarte ahí, tan cerca de mi, sabiendo y sintiendo lo que sé y siento. Déjame escuchar la dulce melodía de tu respiración y el estruendoso latir de tu corazón. No necesitamos decir más, después de todo, no hay palabras que nos basten jamás para describir esto.

Quizás debí decir más, quizás no callé lo suficiente, pero ya no es momento de eso.

Mejor quedémonos en silencio, sabiéndonos propios, escuchándonos a nosotros mismos, conversemos con miradas, con caricias y con todos los demás sentidos.

Porque esto es amor y todo lo demás es silencio.

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